En los municipios de Huanímaro, Abasolo y Pénjamo, ubicados al suroeste del estado de Guanajuato, agricultores utilizan el agua del río Lerma, uno de los más contaminados del país, para regar sus cultivos, una práctica que podría poner en riesgo la salud de las personas que ingieren los alimentos que producen.
Y es que estudios señalan que cultivar con agua contaminada podría generar enfermedades como cólera, fiebre tifoidea, ascariasis, amibiasis, giardiasis y E. Coli.
El río Lerma no sólo arrastra aguas residuales de las ciudades y comunidades por dónde cruza,sino que también acarrea contaminantes y metales pesados procedentes de varias industrias que vierten sus desechos en sus aguas.
De acuerdo al Sistema Nacional de Salud Pública del Gobierno de México, reutilizar aguas residuales para el riego agrícola, proporciona a los productores una fuente de agua barata, rica en nutrientes y confiable que amplifica los rendimientos de los cultivos. Sin embargo, estos beneficios se acompañan de considerables riesgos para la salud de quienes están expuestos a estas aguas; desde los campesinos que producen los alimentos, sus familias y comunidades; hasta quienes consumen lo cosechado.
“Los riesgos a la salud derivan de la composición de las aguas residuales, ya que pueden contener patógenos entéricos de heces humanas y animales, bacterias resistentes a antibióticos y, especialmente en las aguas residuales urbanas, productos químicos y metales tóxicos o biológicamente perjudiciales. El tratamiento antes de reutilizarlas puede reducir significativamente la contaminación, pero la mayoría de las aguas residuales generadas permanecen sin tratamiento, particularmente en países de ingresos bajos y medianos, como México”, establece el organismo.
Hay varios cultivos contaminados en Guanajuato
En los municipios de Huanímaro, Abasolo y Pénjamo, se utilizan las aguas contaminadas del río Lerma para regar cultivos de maíz y sorgo, pero además para producir otro tipo de productos como hortalizas y frutas. Tan solo en la comunidad de Maritas, en Abasolo, en los límites con Michoacán, se produce melón, sandía y hortalizas, que de riegan de manera directa con el agua contaminada que arrastra el Lerma desde el Valle de México.
En el 2012, Pedro Ávila Pérez, gerente de Servicios Ambientales del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), explicó que junto con el Colegio Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt) llevaron a cabo la investigación sobre “el Fortalecimiento de capacidad en el análisis de compuestos orgánicos tóxicos y aplicación a la caracterización del agua y sedimento del curso alto del Río Lerma”.
El estudio desprende que el principal problema es que la gran cantidad de microrganismos coliformes fecales y totales del río Lerma provocan la presencia de bacterias, dejando agua totalmente insalubre con pésimas condiciones, lo que eventualmente podría ocasionar problemas a la salud pública.
Información. Periódico Correo.