El presidente ruso, Vladimir Putin, habría decidido entregar a los seperatistas prorrusos el sistema de defensa antiaérea Buk, cuyo misil que derribó el vuelo MH17 de Malaysia Airlines en Ucrania en 2014, pero no hay pruebas para procesarle a él o a otras personas, informaron los investigadores internacionales del Equipo Conjunto de Investigación (JIT), radicados en Países Bajos.
«Hay fuertes indicios de que el presidente ruso decidió suministrar el Buk Telar a los separatistas de la Donetsk. Esta es la conclusión del Equipo Conjunto de Investigación (JIT) en su investigación sobre la responsabilidad del derribo», indicó la entidad en un comunicado.
Los jueces del proceso en Países Bajos declararon en noviembre pasado que el misil procedía de Rusia y que los sospechosos formaban parte de un grupo separatista controlado por Moscú. Pero ellos solo ayudaron a transferir el sistema de misiles a Ucrania y no lo dispararon. Según los investigadores, los responsables rusos incluso aplazaron la decisión de enviar armas a los separatistas ucranianos porque, en junio de 2014, Putin se encontraba en Francia para la conmemoración del Desembarco de Normandía.
Pero la investigación fue suspendida porque «se agotaron todas las pistas» sobre los responsables del derribo, que provocó la muerte de las 298 personas que iban a bordo del aparato. A pesar de estos hallazgos «no es posible imputar a Putin» por el derribo de la areonave, pero que habría desempeñado un «papel activo» en dicho derribo dada su implicación en la entrega de estos misiles, que llevaron a la caída del avión. Al tener inmunidad como mandatario, es imposible castigarlo ante un tribunal internacional.
El avión Boeing 777 de Malaysian Airlines, que cubría ruta entre Ámsterdam y Kuala Lumpur, fue derribado el 17 de julio de 2014 por el misil de fabricación soviética cuando sobrevolaba la región del Donbás, en el este de Ucrania, que ya estaba en ampliamente controlada por los separatistas prorrusos. A finales de 2022, un tribunal de La Haya condenó a tres rebeldes prorrusos —dos rusos, Igor Guirkin y Serguei Dubinski, y un ucaniano, Leonid Jarchenko— en ausencia a cadena perpetua por su implicación y tras años de investigaciones.
Moscú negó cualquier implicación y tildó ese veredicto de «escandaloso». Ahora, el grupo ha explicado que a pesar de que la investigación queda suspendida de momento, esto no significa que no vuelva a reanudarse una vez se recaben más pruebas sobre lo sucedido. El JIT está compuesto por miembros de Países Bajos, Australia, Bélgica, Malasia y Ucrania, que fueron los países más afectados por el incidente.
Información. Periódico Excélsior.