La Laguna de Yuriria, al borde de la extinción.

Aunque se tenía la esperanza de que llegarán pronto las lluvias y con ello se pudiera recuperar un poco la laguna de Yuriria, la onda de calor acabó prácticamente con el agua y por consecuencia con la vida de cientos de peces y hasta de huevecillos de aves.

“La recuperación de la laguna, se ve muy lejano, lago lamentable”, comentan pescadores, prestadores de servicios turísticos y pequeños restauranteros de la comunidad, La Angostura.

“Hoy caminas en la laguna, ¡está seca!. Vez con tristeza cientos de charales, carpas muertos y ya hasta esqueletos de lo que eran peces. También te encuentras nasas, las redes de pesca antiguas, porque como ya no podían pasar las dejaban olvidadas y hoy están ahí abandonadas”, dijo, Jaime, uno de los más de 600 pescadores que hoy trabaja en el campo.

Agregó que, actualmente por las tardes ve cómo las familias se la pasan caminando en lo que era la laguna y escucha como sus hijos, hijas le comentan lo que se encuentran, desde basura, peces muertos, hasta huevecillos de aves. 

“Es difícil, por donde lo veas amigo, muchos pescadores sin trabajo, la flora y fauna, la naturaleza terminada, es verdaderamente lamentable”, señaló. 

Para, Manuel, un pequeño restaurantero, el agua en la laguna, que la laguna tuviera agua, era el atractivo principal de los turistas, “así se animaba más la gente en venir a comer, aunque hoy llega poca gente, también se nos complica ofrecerles mojarras, porque están escasas, hay que conseguirlas de Querétaro, Guadalajara o Michoacán, lo que eleva precios y eso no agrada a la gente”.

Pedro, quien tiene una lancha “rápida”, con la que ofrecía paseos turísticos en la laguna, la situación es complicada, “cuando había agua, salía algo de dinerito para llevar a la casa, hoy ya no y la cosa se ve muy complicada, porque no llueve.

Decían que le iba a entrar agua de la presa Solís, pero nada, esta seca la laguna, como secas las bolsas del pantalón y la lancha abandonada, lo único que le quite fue el motor, porque si no se pierde y solo miles de pesos y de dónde sacarlos”.

Dijo que, hoy su esposa, hasta tiene que ir a trabajar al campo, a lo que llaman la “espiga”, que consiste en quitarle la espiga a la mata del maíz y él trabaja unos días sí y otros no, con un maestro albañil, “la cosa esta difícil, no creas, no lo creía, pero hoy reafirmó que el agua es vida, aquí todos en la comunidad, teníamos vida, donde trabajar, había de donde sacar para mantener la familia”.

Finalmente, coincidieron en que, esperan llueva lo suficiente para que la laguna se recupere lo más que se pueda, que las autoridades se “pongan las pilas” para que suceda, porque no le dejan entrar el agua que se requiere y, para cuando así suceda, “esperemos en Dios”, se trabaje para la siembra de peces.

Información. Periódico Correo.

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